Para ilustrar la respuesta os contaré lo que me dijo una adolescente en mi consulta.
Me dijo : “ Una de las cosas que más me molestan de mi madre y de los adultos en general es que mis problemas no son importantes, no son nada, claro, comparados con los de ellos no lo son pero para mí lo son”.
Y sigue : “Cuanto esos mismos problemas los comparto con mis amigas entonces si me siento entendida”
En consecuencia, esta adolescente dejó de compartir con su madre y otros adultos y lo hace exclusivamente con sus pares.
¿Cómo sucede esto?
¿Qué pasa en la comunicación con su madre para que ella no se sienta entendida?
Lo siguiente según me explica ella misma:
Cuando comparte algo suyo es algo muy importante, muy intenso, muy dramático para ella. La respuesta de su madre es minimizar, no es tan importante, no es tan intenso, no es tan dramático.
La intención de la madre es buena, a ella tanta intensidad la desborda y no es bueno para ella y no debe serlo para su hija , así que le quita importancia, quiere tranquilizarla pero no lo consigue.
Además su madre, para hacerlo, le contaba sus propios problemas, que, comparados con los de su hija, eran problemas importantes, ella los había superado y su hija podría hacer lo propio con los suyos que no eran tan importantes.
Le compartía sus problemas con el trabajo, con su separación y le explicaba cómo había podido superarlos, quería ser un ejemplo para su hija. Tampoco conseguía tranquilizarla. Y la intención sigue siendo buena.
Toda madre quiere aliviar el sufrimiento de su hija en mayor o menor medida.
Un adolescente necesita ser visto y aceptado por su madre y por su padre, percibir que sus problemas son importantes y que él o ella también lo son.
Desde la mirada adolescente, todo el mundo adulto tiene problemas, así que ellos y ellas también, por ser personas que se acercan al mundo adulto y se entrenan en él, hemos de aceptar que los tengan, su magnitud y su capacidad para manejarlos.
Todo esto como reflexión está muy bien pero ¿Cómo hacerlo?
En primer lugar, escuchando. Parece obvio pero no es tan fácil.
Abre tus oídos, repite lo que te dice para entender sus palabras. Con la imaginación recrea lo que te está contando tu hijo o hija. Mientras escuchas observa cómo te sientes, muy probablemente tu hijo o hija adolescente se sentirá igual. Devuélvele con palabras lo que te llega de él o ella, lo que ves .
Te veo enfadado, me llega tu tristeza, veo tu frustración, etc. Dedica un tiempo para hacer todo esto, no es poco. Si ves que no vas a tener ese tiempo, dile que te importa lo que te va a contar y que quieres dedicarle el tiempo necesario, buscalo y cuando lo tengas queda con él o ella para abordar el tema.
Si tienes necesidad de hablar expresa lo que sientes escuchándole, puedes decírselo literalmente: Escuchándote me siento triste, frustrada, enfadada, con miedo, etc. Explícate en primera persona (esto es muy importante), habla con el “yo” o “a mi” y le compartes lo que te pasa, expresando lo que sientes y que es lo tuyo que te hace sentir así.
Y evita :
El uso del “tu”, tu debes, tu haces, tu …hay que ser cuidadoso con esto. Fijaros que cuando uso el tú mi dedo señala a la otra persona, aunque no se haga con el dedo este señalamiento está presente y es fácil juzgar, sin darse cuenta, a nuestro hijo o hija.
Dar soluciones que no te pida , con ello menosprecias su capacidad de responsabilizarse de sus problemas.
Minimizar sus problemas comparándolos con los tuyos, ya he hablado suficiente sobre esta cuestión en el ejemplo citado.
Pregunta :
¿Qué necesita de tí?. generalmente solo es que le escuches de la forma en que he descrito. Es importante, con ello consigues que se responsabilice de lo que le pasa y lo que necesita.
Ofrécele el contacto. Con las manos, con un abrazo, es más importante que tu opinión no solicitada sobre sus problemas.
Esta es la base de la comunicación entre padres e hijos adolescentes, niños o jóvenes. En definitiva, entre seres humanos.
Si tienes problemas de comunicación, límites, desafío, consumo de pantallas o porros, desmotivación con tu hijo o hija adolescentes tengo un programa de ayuda para recuperar la armonía familiar, si quieres más información contacta conmigo aquí.